Revisión del tradicional Juego de la Oca que todos conocemos, basado en distintas temáticas y regiones de nuestra geografía, recorriendo su cultura, tradiciones, monumentos, gastronomía y personajes ilustres a través de sus 63 casillas, con un enfoque didáctico y cultural.

Las calles de Sevilla se engalanan con fervor religioso, flota un embriagador olor a azahar e incienso. ¿Qué está ocurriendo? La respuesta es obvia, un espectáculo artístico y etnográfico no exento de profunda religiosidad inunda cada rincón de la ciudad: es la Semana Santa de Sevilla. Todo está preparado para recibir el paso de las numerosas cofradías y la llegada de miles de visitantes.

Saldrán de paseo algunas excepcionales obras de arte, tallas realizadas por maestros escultores, desde el barroco hasta el presente. Son el fruto de una imaginería que nos provoca tantas emociones espirituales como culturales. Escenas talladas, casi vivas, que alientan la sensación de estar viajando por los siglos pasados. Son imágenes recorriendo su “carrera oficial” acompañadas de su séquito de nazarenos penitentes, de costaleros, de fieles, de curiosos. También acompañan las bandas de música, las saetas desde los balcones, la “petalá” y, cómo no, las “bullas”. No importa que sea de día o de noche, las cofradías siempre nos ofrecen instantes fabulosos, momentos donde se impone el silencio y otros donde estalla el fervor.

Ante esta experiencia impactante y sorprendente seguro que algo removerá nuestros sentimientos, sean religiosos o no.