Revisión del tradicional Juego de la Oca que todos conocemos, basado en distintas temáticas y regiones de nuestra geografía, recorriendo su cultura, tradiciones, monumentos, gastronomía y personajes ilustres a través de sus 63 casillas, con un enfoque didáctico y cultural.

Es Málaga una de esas ciudades luminosas, tanto por su belleza como por su historia. Fundada por los fenicios, tras la conquista romana su puerto se convirtió en un importante punto de exportación de aceite, vino y garum –salsa elaborada con pescado salado y fermentado–. Pero es en la Edad Media cuando la ciudad vive una de sus etapas de mayor esplendor y progreso. Bajo al dominio musulmán se construyen numerosas mezquitas, la Alcazaba y las Atarazanas. Destaca en la producción y elaboración de productos como la loza de reflejos dorados, las pasas y los frutos secos. Conquistada por los Reyes Católicos en 1487, fue repoblada por los cristianos llegados del valle del Guadalquivir. Las mezquitas fueron transformadas en parroquias y se crearon numerosos conventos.

Otra floreciente etapa de la ciudad tiene lugar a mediados del siglo XIX, cuando se crean numerosas industrias, especialmente las siderúrgicas y las textiles. Tras un periodo de crisis, los albores del siglo XX se presentan con una posible solución: el turismo. Se impulsan las fiestas, se construyen lujosos hoteles y, a partir de la década de los sesenta, la ciudad crece duplicando su población.
Málaga apuesta actualmente por el turismo cultural, ofreciéndonos una amplísima oferta de museos y eventos que hacen de esta bella ciudad una de las más innovadoras y dinámicas capitales europeas.